Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


martes, 28 de noviembre de 2017

Poesía, filón de la palabra



"La poesía es creatividad. Aquí, al lector no le basta con un mensaje. Tiene que existir un lenguaje que le asombre, que le emocione. No puede quedarse en la simple comunicación". Así habla Juan Rafael Mena de las conclusiones a las que llega en su última obra, Poesía, filón de la palabra, un texto publicado por la editorial Fanes que esta tarde será presentado en el Centro de Congresos a partir de las 19.30 horas en el marco del programa de actividades de la Academia de San Romualdo. La presentación de la obra correrá a cargo de José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada.
Mena, figura imprescindible en la literatura isleña, aborda en esta ocasión su particular análisis crítico de la poesía española del siglo XX que discurre entre la posguerra y los años 80, un contexto temporal muy concreto que le permite a su vez hablar de su obra poética e incluir en la obra "una antología evolutiva y progresiva" de su propia poesía.

Artículo de Arturo Rivera y fotografía de Enrique Rioja, publicados en Diario de Cádiz (28-11-2017)

domingo, 26 de noviembre de 2017

Reseña de la reunión del Club de Letras celebrada en Jerez en el Campus Universitario de “La Asunción” (24/11/17)

Reseña de la reunión del Club de Letras celebrada en Jerez en el  Campus Universitario de “La Asunción” (Sala de Juntas) el viernes 24 de noviembre del 2017 a las 18.00 horas.




En esta ocasión, hemos tenido el placer de presentar los libros de tres compañeras del Club de Letras:

Retazos de otoño en primavera, de Maritxé Abad i Bueno,
Despertando a mi nueva vida, de Carmen Franco Sánchez y
Recuerdos, de Consuelo Sánchez Flores.





El acto fue presentado por José Antonio Hernández Guerrero quien manifestó su agradecimiento y nos brindó felicidades a todos los presentes que, dicho sea de paso, no fueron tan numerosos como esperábamos.

José Antonio calificó estas tres obras con tres adjetivos contundentes: valiosas, interesantes y bellas. Seguidamente, dio por sentado la calidad como denominador común a cada una de ellas: “diferentes estilos, una misma elevada capacidad literaria”. También resaltó -como una cuestión importante- la autenticidad que comparten sus autoras: nos entregan sus respectivas experiencias vitales, unos tesoros valiosos que nos sirven para que nos reconozcamos, nos alimentemos y nos enriquezcamos, una  generosa ofrenda de libertad para los lectores.

Por otro lado, puso la atención en la luz de las historias que narran estas tres autoras y que nos sirven para iluminar las azarosas conexiones que forman la complicada madeja de las relaciones humanas. José Antonio afirmó que una de las funciones de la literatura, de la buena literatura, es identificar el discurso con el que se tejen nuestras complejas vidas. Insiste en que los episodios, los acontecimientos y los diferentes estilos de estos tres libros convergen en la búsqueda del sentido de la vida porque están elaborados con trozos de vida, de experiencia, de sensaciones, de pensamientos y de sentimientos. Todos hemos escuchado que la literatura nace de un choque del interior con el exterior, por eso la literatura está conectada, inevitablemente, con la vida.

Tras esta lúcida presentación, cada una de las autoras tuvo la ocasión de hablar de su libro y de leer algunos de sus pasajes.

Maritxé nos habló de su andadura en el Club de Letras: cuatro o cinco años compartiendo y aprendiendo que han dado lugar, entre otras producciones, a este poemario publicado por la UCA que cuenta con las ilustraciones del propio José Antonio y que ella denomina mi niña.
Retazos de otoño en primavera cuenta con dos prólogos escritos, respectivamente, por Josep Lluís Abad –hermano de la autora- y Edgardo Benítez, escritor latinoamericano. Sus poemas están contenidos en ocho apartados que van desde “De la A a la Z” hasta “Retorno”. La lectura de algunos de estos poemas nos transportó a las sensaciones de cada estación del año, a la imagen de la mujer libre y respetada, al reconocimiento de la figura paterna, al amor inseparable de la ternura, a la vida que fluye como el agua en el ancho mar. Y es que la voz poética y rotunda de Maritxé nos hace viajar por todos los sentidos, nos empuja a bucear en las emociones y en los sentimientos más profundos y nos atrapa en un torbellino de aromas, de colores, de músicas y de danzas.

          Carmen  nos explicó cómo surgió la idea de publicar Despertando a mi nueva vida,  libro que aglutina una serie de artículos publicados en su blog mividaconlafibro. Nos cuenta que este libro nace de su propia experiencia vital cuando, hace ahora trece años, le diagnosticaron fibromialgia. Nos cuenta su propio recorrido por esta enfermedad que comienza con un diagnóstico lento y complejo que le hace darse cuenta de que sufría los mismos síntomas desde que era pequeña, y que culmina con los cambios que supusieron para ella y para su entorno la necesidad de adaptarse a una situación totalmente nueva. Para que entendamos mejor esta enfermedad, incluida en la lista de enfermedades raras, la autora aclara que no se trata de una neurastenia y añade: 'antes nos denominaban o nos llamaban locas o neurasténicas, y que la depresión que arrastramos no es el origen de la fibromialgia, sino uno de los muchos síntomas que produce la propia enfermedad'. Ahora bien, la posibilidad de tener un origen neurológico, contemplada recientemente, puede suponer un avance en la búsqueda de una cura.

Con un lenguaje claro y directo, la autora nos va narrando, a lo largo de cuarenta y cinco relatos breves, su día a día, como si de un diario se tratase. Para ilustrar sus textos, acude a suculentas citas que van salpimentando el argumento dándole un toque sustancial a cada historia. Dinámico y entretenido, este libro autobiográfico está prologado por el catedrático José Antonio Hernández e introducido por el testimonio de la psicóloga Teresa Victoria Gómez y la presentación de la propia autora.

          Consuelo presentó su libro Recuerdos con esa gracia natural a la que nos tiene acostumbrados, a la par que disfrutaba de la compañía de parte de su familia que había venido a acompañarla y de la que ella misma, nos decía, se sentía muy orgullosa. No en vano, muchos de sus relatos están conectados con vivencias familiares. Pero no se queda la autora en la mera anécdota personal, sino que hace un retrato minucioso de la sociedad de su época, llevándonos de la sonrisa a la reflexión, y viceversa. Su lenguaje, claro y preciso, sin subterfugios, nos envuelve en una atmósfera encantadora y encantada que nos atrapa sin ambages. Por eso, cuando la autora nos leyó algunos de esta serie de episodios entrañables, provocó la delicia en todo el público presente que, con un agradable sabor de boca, se quedó con ganas de seguir escuchándola.

          Un vez hechas las tres presentaciones, le tocó el turno de intervención a los asistentes, que hicieron preguntas a las autoras y establecieron un animado diálogo con las mismas.

          Como broche final, José Antonio repitió el mensaje de la trasparencia de la vida: la literatura que no sale de la vida y que no va a la vida, no es literatura.
Hay que vivir intensamente: con la esperanza, con las ilusiones, con el temor, con las luces de la inteligencia y –sobre todo- con el Amor.

Tenemos que estar atentos a lo que ha pasado, a lo que está pasando y a lo que va a pasar. El futuro tiene mucho que ver con nosotros porque, en gran medida, lo construimos nosotros mismos.

Por eso, tenemos que edificar proyectos de una vida diferente, de una vida más grata, más amable y más feliz, con todas sus dificultades, digiriéndolas. Porque tenemos el poder mágico de transformar el dolor en vida, lo malo en bueno.


Si la literatura no nos sirve para vivir de una manera más intensa, no vale la pena. La literatura consiste en leer, en interpretar y en vivir la vida.


               Luisa Niebla

sábado, 25 de noviembre de 2017

Respeto


                                  
De la misma manera que, a veces, valoramos más las peanas, las tribunas, los escenarios y los tronos que a los personajes que en ellos se asientan, también es frecuente que respetemos a las personas más por los cargos que ostentan, que por su condición humana y por su talla moral. En mi opinión, por el contrario, merece más respeto nuestra común dignidad humana que las distintas funciones que, eventualmente, desempeñemos. Aunque parezca una obviedad, no está demás que afirmemos que es digno del mismo respeto el general y el soldado, el rey y el ciudadano, el profesor y el alumno, el obispo y el monaguillo, el pobre y el rico, el listo y el torpe, la señora y la criada, el blanco y el negro, el creyente y el agnóstico, el guapo y el feo.   

Este respeto es -o debería ser-, a mi juicio, el fundamento último de todas las normas que regulan nuestros comportamientos éticos, nuestras relaciones sociales e, incluso, nuestras actividades políticas. En esta consideración de la persona se apoyan los derechos humanos de los individuos: unos valores que, como por ejemplo la libertad, la justicia y el trato correcto, constituyen los fundamentos de la convivencia en paz de las personas y los cimientos de la colaboración mutua imprescindible para mejorar la calidad de vida y, en consecuencia, para lograr un mayor bienestar individual, familiar y social.

Esta dignidad suprema de todas las mujeres y de todos los hombres es el escalón que nos levanta sobre los demás seres de la naturaleza, éste es el peldaño fundamental que nos constituye a todos en sujetos dignos de respeto. Las demás escalas, los escalafones, las categorías, los rangos, las jerarquías y los títulos, por muy pomposos que sean, por mucho que se revistan de oropeles, poseen una mínima relevancia si los comparamos con la básica. El respeto esencial, por lo tanto, no es una exigencia determinada por la edad, por el saber o por el gobierno, sino una consecuencia de nuestra común condición humana, es una derivación de la dignidad suprema del ser humano.

Si, aceptando esta premisa, dirigiéramos una mirada panorámica al conjunto de la sociedad y de la historia, tendríamos la impresión de que contemplamos un paisaje bastante homogéneo en el que las posibles elevaciones no deberían estar determinadas por los cargos políticos, por las relevancias sociales, por los niveles económicos ni siquiera por las “dignidades” religiosas sino, más bien, por la coherencia ética, por la competencia profesional o por el servicio social, en resumen, por la nobleza y por la calidad personal.      

A veces hemos tenido la impresión de que el respeto era esa actitud infantil, sumisa y miedosa ante los poderosos, una secuela de una carencia de libertad intelectual, moral y religiosa, en vez de ser una respuesta adulta y libre al que le confiamos una misión de servicio a la sociedad. Por eso, hemos podido comprobar cómo el tradicional despotismo del jefe orgulloso y brutal ha destruido el respeto solidario y lo ha reemplazado por el servilismo que ha dado lugar al atropello, a la huida o a la rebelión.

Hemos de evitar confundir la falta de respeto con un debilitamiento de las viejas formas y la sustitución por otras pautas acordes con la sociedad democrática. El respeto es -insisto- una de las formas de la solidaridad y, por eso, afirmo que todos y cada uno de los seres humanos son dignos del mismo respeto, aunque no estemos de acuerdo con sus ideas, con sus palabras o con sus comportamientos. La única manera de inspirar respeto es respetándose a sí mismo y respetando a los demás. Para lograrlo hemos de conocer el valor propio y reconocer el valor de los demás.


   José Antonio Hernández Guerrero

                    

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Reunión Club de Letras en Jerez



Estimados miembros del Club de Letras, me complace informaros que este próximo viernes 24 de noviembre, a las seis de la tarde, celebraremos una reunión en Jerez, en el campus universitario de La Asunción. En esta ocasión, nos encontraremos en la Sala de Juntas, en la segunda planta del edificio de Despachos.

Tendremos la fortuna de presentar los libros de tres compañeras: Carmen Franco, Maritxé Abad y Consuelo Flores.

Cartel de la presentación, elaborado por Maritxé Abad.

Os esperamos con la ilusión de disfrutar de estas voces literarias y de compartir nuestras inquietudes.


Un saludo cordial, Luisa Niebla.

Apertura del curso 2017-2018 del Club de Letras de la UCA



APERTURA DEL CURSO 2017-2018 DEL CLUB DE LETRAS
DE LA UNIVERSIDAD DE CÁDIZ


El acto tiene lugar en la sala Argüelles del Aulario “Constitución 1812” (La Bomba) a las 6 de la tarde del 17 de noviembre de 2017, con la asistencia de 36 miembros del Club.

A propuesta del director, José Antonio Hernández Guerrero, dirige el acto Agustín Fernández Reyes, que da la bienvenida a los asistentes y cede la palabra al director.

Inicialmente el profesor Hernández Guerrero explica que hay 4 factores fundamentales en la comunicación: el emisor (escritor, conferenciante), el receptor (el que escucha), el mensaje y el contenido (que agruparemos aquí en un único concepto) y el lenguaje. De todos ellos el más importante es el receptor, la persona a quién dirigimos nuestras palabras. Por eso es importante superar el complejo expresivo e histriónico de los escritores, muchas veces más preocupados por contar sus ideas o vivencias que de entretener y ser entendidos por el destinatario.



A continuación explica el nuevo sistema de trabajo del Club en este nuevo curso a través de internet, con el objetivo de facilitar, ampliar e intensificar la comunicación entre todos los miembros del Club, haciéndola más participativa, fluida y continua. Teniendo en cuenta que nuestros objetivos fundamentales son mejorar la calidad de nuestra escritura y de nuestra lectura, hemos optado por la vía online, el instrumento más rápido, más eficiente y más cómodo para todos.

Sin embargo esta forma de comunicación no sustituirá a las reuniones presenciales, que por el contrario, está previsto que aumenten. Para ello se designa una serie de coordinadores territoriales, responsables de dinamizar la actividad cultural del Club en varias localidades de la provincia, programando reuniones o convocando a los miembros a diferentes actos y encuentros:


Relación de coordinadores


Cádiz:
Pedro Castilla Madriñán

Jerez:
Luisa Niebla López

San Fernando:
Adelaida Bordés Benítez

El Puerto:
Mercedes Díaz Rodríguez

Chiclana:
Antonio Díaz González

Algeciras:
Josefina Núñez Montoya

Jimena:
Cristóbal Moreno Romero

Puerto Real:
Pendiente de definir

Coordinador general:



Agustín Fernández Reyes

El profesor propone ejercicios, más frecuentes, de selección y autocrítica de textos personales minuciosamente elaborados. Para ello es necesario que
·       motivemos la voluntad de perfeccionar nuestras destrezas y habilidades, ya que todos aspiramos a un estilo propio y original de escritura y eso se consigue con un modelo propio de vida. Tenemos que profundizar en nuestra forma de ser, incluso estar orgullosos de nuestra propia belleza física, pero siempre intentando mejorar nuestro estilo todos los días.

·       elijamos nuestros modelos de identificación literaria. El escritor aprende imitando, por lo que debemos buscar nuestros modelos de escritura, que probablemente irán cambiando con el tiempo.

Para enriquecer nuestras habilidades a la hora de comentar textos nos propone una obra: “Lenguaje y poesía” de Jorge Guillén, un libro de referencia en este curso porque nos aporta criterios de interpretación y de valoración de la obra literaria.

También sugiere la programación de lectura placentera, crítica y “vampírica” de textos clásicos y actuales, prestando atención especial a las siguientes obras:

·       Lope de Vega: “La Arcadia”
·       Miguel de Cervantes: “Novela de la ilustre fregona”
·       San Juan de la Cruz: “Poesía”
·       Garcilaso de la Vega: “Sonetos”
·       Jorge Guillén: “Cántico”
·       Pedro Salinas: “La voz a ti debida”
·       Miguel Hernández: “El rayo que no cesa”
·       Juan Ramón Jiménez: “Platero y yo”

También estudiaremos la trayectoria y obras de dos poetas vinculados con nuestra provincia:

·       Leopoldo de Luis, cordobés que estuvo afincado en Jimena y
·       Juan Mena, poeta isleño.
·       Y por último, de Gloria Fuertes, a quién homenajeamos en el día de hoy.

Todas estas obras pueden encontrarse en la Biblioteca virtual “Miguel de Cervantes” (http://www.cervantesvirtual.com)


A continuación toma la palabra Antonio Díaz para explicar el funcionamiento del blog del Club de Letras (http://clubdeletrasuca.blogspot.com.es), donde pueden anunciarse distintos actos, publicarse y comentarse textos de los miembros del Club o ajenos, y que debe ser nuestra principal vía de comunicación en este nuevo curso. Por su parte Mercedes Díaz ofrece la creación de un espacio dentro del campus virtual de la UCA a la que podremos acceder con nuestra clave para intercambiar distintas informaciones. Quedamos a la espera de sus gestiones.   

Josefina Núñez comenta la actividad del Club en Algeciras, gracias al taller de escritura creativa “Infusión” y las tertulias literarias sobre un maestro escritor, soportadas en un audiovisual, cada primer martes de cada mes en la asociación Alcultura, a las 18 horas. Será el lugar de encuentro local de los miembros del Club de Letras.

Luisa Niebla explica el funcionamiento y posibilidades de participación en la revista Speculum, editada en la biblioteca cervantes virtual y reservada a los miembros del Club. Los textos destinados a publicarse serán valorados previamente por un comité y se invita a los miembros del Club a escribir en la revista superando nuestra vergüenza y complejos siguiendo la máxima “Una cosa que merece ser hecha, merece ser mal hecha”.

Recibiremos la información de todos los eventos que se vayan desarrollando a través del coordinador del Club, Agustín Fernández, vía correo-E, a través del blog y del aula virtual. Se hace hincapié en que el trabajo online exige participación activa, más allá de la mera asistencia a las reuniones presenciales: hay que entrar en las páginas del blog, facebook y aula virtual del Club, acostumbrarse a la navegación y colaborar activamente.



Se establece la clausura del curso en Algeciras, que será facilitada por el Vicerrectorado con un autobús gratuito. Se propone en principio que el acto gire en torno a la figura de Miguel Hernández. También se estudiará la posibilidad de realizar algún acto en Jimena de la Frontera, homenajeando al poeta Leopoldo de Luis, que vivió y se casó en esa localidad.



HOMENAJE A GLORIA FUERTES

La proyección del emotivo video sobre la poeta realizado por Antonio Díaz sirvió de transición entre el acto de apertura y el homenaje a Gloria Fuertes en el centenario de su nacimiento en 1917. Retomamos con esta lectura de textos el acto del pasado mes de Mayo en la Biblioteca central de la UCA, que celebramos en el aulario de Cádiz ante la dificultad –por motivos ajenos al Club- de hacerlo en Vejer de la Frontera.

Se leyeron poemas y textos, por parte de su autores Ramón Luque, Manuel Bellido, Adelaida Bordés, Laura Puerto, Mercedes Gil, Paqui Sánchez, Leonor Montañés, Maritxé Abad, Carmen Rodríguez, Antonio Díaz, Josefina Núñez, Luisa Niebla, Mª José González y Agustín Fernández, dejándonos el buen sabor de boca de la escritura y lectura en recuerdo de esta gran mujer que fue, es y será Gloria Fuertes.

Finalizó la reunión a las 20,10 horas.


Acta redactada por Agustín Fernández con los valiosos aportes del guión de José Antonio Hernández Guerrero y las notas tomadas por Josefina Núñez. Fotografías de Maritxé Abad.


















martes, 21 de noviembre de 2017

Invertir en la familia

     


En esta ocasión no tengo más remedio que poner las cartas sobre la mesa para que cada uno de los lectores extraiga las conclusiones pertinentes. Desde todos los ángulos de la sociedad se repite hasta el empacho que las raíces profundas de la mayoría de los problemas que padecemos en la actualidad y, por lo tanto, las claves de sus soluciones se adentran en el seno de las familias.

Todos coincidimos en que, cuando por razones culturales, económicas, laborales, psicológicas o sociales, la familia no funciona de una manera correcta, no sólo nos desequilibramos psicológicamente los esposos y los hijos, sino que, además, se resienten gravemente las demás actividades que desarrollamos en la sociedad. Estamos hartos de repetir que, la mayoría de las veces, el fracaso escolar, la adición a las drogas, el éxito profesional, el bienestar de los ancianos dependen, en última instancia, de la calidad de la vida familiar.

Por muy tópico que nos suene, hemos de seguir insistiendo en que la construcción de la personalidad, la transmisión de los valores morales, la configuración de las actitudes nobles y, en general, nuestra formación humana individual, social y profesional dependen, en gran medida, de la atmósfera que hayamos respirado en el hogar. Si fuéramos coherentes, la consecuencia que deberíamos extraer sería que estamos obligados a invertir más medios en alimentar la vida familiar, en restañar las heridas que producen las batallas y, en definitiva, en mejorar las condiciones que favorecen su crecimiento moral. A veces se da la paradoja de que, impulsados por la sincera intención de mejorar a la familia, abandonamos nuestros quehaceres familiares más esenciales. Gastamos la mayoría de nuestro tiempo, de nuestras ideas y de nuestras energías en unas tareas externas cuyos beneficios no siempre repercuten en el verdadero bienestar de nuestro cónyuge, en la educación de nuestros hijos o en la atención de nuestros mayores.

No tenemos más remedio que ser realistas y reconocer que la familia está situada en medio del barullo de la vida actual y que, teniendo en cuenta las amplias, profundas y rápidas transformaciones que hemos experimentado, nos resulta complicado cuidar los múltiples quehaceres de la vida familiar. Por eso hemos de admitir, al menos, que necesitamos buscar unos espacios de reflexión con el fin de encontrar nuevos modos de conciliar el trabajo con el ocio y que es urgente que nos preocupemos por descubrir unas fórmulas eficaces que nos ayuden a llevar a cabo la siembra de los valores más importantes, su laboreo e, incluso, la recolección de los frutos, en nuestros hogares, en ese terreno que, sin duda alguna, es el más grato, el más fértil y el más agradecido.

Los beneficios que no redundan en la mejora familiar, por mucho que lo coticen los mercados financieros o los agentes publicitarios, no sirven para enriquecer nuestra vida ni la de los seres que más queremos y que más nos quieren. Si no descubrimos que es en la familia donde disfrutamos de las alegrías más hondas y de las satisfacciones más auténticas, seguiremos malgastando nuestro tiempo y desperdiciando nuestras energías. Las inversiones más rentables serán las que dediquemos a conversar, a divertirnos y a disfrutar con nuestra familia, la institución que mayor garantía nos proporciona para defender la dignidad humana.


José Antonio Hernández Guerrero
        



domingo, 19 de noviembre de 2017

El amor nos enriquece personalmente, nos hace sufrir y gozar

                                                                            
                
El amor es una de las experiencias humanas más paradójicas. A pesar de que, por ser el impulsor central de la vida personal y la fuente nutricia de la supervivencia colectiva, ha sido uno de los objetos de estudio predilectos de todas las ciencias humanas y uno de los asuntos preferidos por todos los lenguajes artísticos, su naturaleza íntima y su complejo funcionamiento siguen siendo misteriosos. Es un concepto anfibio, fabricado en parte por imágenes creadas por poetas y, en parte, por abstracciones sutiles elaboradas por filósofos.

Se ha representado por una imaginería fracturada y heterogénea, y se ha definido por reiterados tópicos que, elaborados desde el comienzo de nuestra civilización, se siguen usando de manera permanente y universal. Sus manifestaciones -construidas a veces mediante una ingenua simplificación- se han cifrado en mitos y en utopías, han sido celebradas, sacralizadas, dramatizadas y, al mismo tiempo, frivolizadas, ridiculizadas, burladas y parodiadas.

En la teoría, todos reconocemos que es la clave que interpreta todos los enigmas humanos y la fórmula que resuelve todos los problemas de la convivencia pero, en la práctica, no lo aplicamos con la coherencia ni con la asiduidad que sería de esperar. A veces, temiendo que nos ciegue y nos despiste, neutralizamos su posible influencia e, incluso, actuamos en contra de sus dictados. Es frecuente, también, que lo cubramos de apariencias rígidas, que lo disimulemos con máscaras grotescas, para evitar que los demás adviertan su poderosa influencia. 

En contra de las explicaciones que lo definen como un mero impulso expansivo, como una fuerza generosa o como una donación gratuita, constituye el procedimiento que más nos enriquece personalmente, el que más sufrimientos nos genera y el que más goces nos proporciona. Nos hace fuertes y valientes, y, al mismo tiempo, vulnerables y cobardes. A pesar de que sabemos que es el capital más rentable, solemos invertir en él nuestros recursos con una asombrosa parquedad.

A veces, por confundirlo con el gusto, con el interés, con el deseo o con la pasión, afirmamos que el amor es ciego, incontrolable y, por lo tanto, imposible de orientar, de frenar o de estimular, pero todos sabemos que algunas personas u objetos han sido los destinatarios de nuestro amor, aunque no hayan despertado nuestras apetencias o aunque no nos resulten atractivas, agradables ni beneficiosas.

En ocasiones, la debilidad, la pobreza o la insignificancia son los estímulos que han inspirado el amor. El amor, a nuestro juicio, no es un impulso irracional como los instintos o las querencias de los animales sino, por el contrario, una energía vital, mágica y luminosa que podemos orientar racionalmente, guiados por principios ideológicos, aplicando criterios éticos y siguiendo pautas racionales.


Amamos a nuestros hijos o a nuestros padres, no porque sean buenos, simpáticos o agradecidos. El amor, efectivamente, es la única clave inexplicable que es capaz de dotar de sentido al “sinsentido”; es un vínculo paradójico: además de una necesidad, es una obligación y, además de un don, es un buen negocio. Estoy convencido de que es la única flor que no se pudre, la única cosecha que el tiempo no calcina ni los vientos esparcen sus restos por muy sutiles que sean. El amor, cuando es auténtico, es una chispa eterna y un fuego inextinguible que nunca se convierten en cenizas. Quizás el secreto de su supervivencia y de su fecundidad estribe en que más que río caudaloso -más que hinchazón o brillo, más que volcán o rayo- es una corriente subterránea que nutre. 


José Antonio Hernández Guerrero                                    

jueves, 16 de noviembre de 2017

Las raíces profundas de la crueldad


                                                   

Sin duda alguna, tendrá que pasar mucho tiempo para que se disipen las amargas sensaciones de estremecimiento, de terror y de abatimiento que experimentamos cada vez que se produce un atentado  terrorista. ¿Qué está pasando -me pregunto- para que la crueldad alcance una extensión tan amplia y unos niveles tan elevados? En mi opinión, ya no es sólo que se estén disolviendo los principios éticos más esenciales sino que, además, se está aboliendo la visión de los otros, de los diferentes, como verdaderos seres humanos. Creo que deberíamos escarbar en el fondo de nuestras conciencias tranquilas para descubrir esas raíces profundas que, sin ser plenamente conscientes, quizás también nosotros estemos cultivando.  

Para evitar llegar a tales extremos de ferocidad, deberíamos empezar por ponernos en guardia cuando al extranjero, al adversario o, incluso, al enemigo, los miramos como seres desprovistos de su condición humana, cuando no reconocemos de una manera explícita que todos poseen idéntica dignidad que nosotros y que los nuestros. Cuando, desde una determinada ideología, religión, cultura, pueblo o clase social, adoptamos posturas de suficiencia o de desprecio frente a los integrantes de otros grupos, estamos anidando los gérmenes de un distanciamiento que, si sigue creciendo, puede llegar al resentimiento, al desprecio o al odio. ¿No os habéis fijado en esas expresiones de orgullo agresivo, en ese tono de burla agria y en esos gestos de desdén hiriente con los que, por ejemplo, los de la derecha se refieren a los de la izquierda, y los de la izquierda a los de la derecha? ¿No es cierto que, a veces, los agnósticos ridiculizan acerbamente a los creyentes y los creyentes se mofan jactanciosamente de los agnósticos?

Aunque, efectivamente, en estas actitudes de altanería y de desprecio, advertimos diferentes grados de petulante suficiencia, hemos de reconocer que las semillas, cuando están sembradas en un terreno abonado y disfrutan de una atmósfera propicia, pueden crecer y dar abundantes frutos. Recordemos el odio impulsado en otras épocas y en otros lugares por ideales nobles y por causas justas.

Los psicólogos explican que estas conductas tan crueles -tan inhumanas- tienen su origen en una consideración del otro como un ser inferior, en un sentimiento que, si lo cultivamos, puede desembocar en una valoración del diferente como adversario, del adversario como enemigo y del enemigo como animal, como un bicho o como una fiera que, por tanto, están privados de la condición humana. Los terroristas matan a seres que, por el solo hecho de existir, representan un peligro, una amenaza o, simplemente, una dificultad para sus proyectos. El Estado ha de evitar que estos desalmados impongan sus ideas y sus reglas por la fuerza del miedo, pero sin emplear sus mismas armas ni sus mismos principios. Hemos de reconocer que impedir una acción terrorista no resuelve el problema del terrorismo. Luchemos, pero para que, en nuestras entrañas, germine, sobre todo, un respeto reverencial al ser humano. 


 José Antonio Hernández Guerrero


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