Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


miércoles, 30 de noviembre de 2016

Te devolveré




Te devolveré, cada uno de tus versos

uno a uno, te los iré devolviendo, serán  respuestas a tu prosa  ruin
no tienen sentido para mí, eran, para cada ocasión,
según convengan, según te venga.
Con mis versos, te podría recordar
que mis deseos, cubrían tus noches, 
que mi sonrisa para ti, era inmaculada
que mi mirada aliviaba tu dolor, y mis ganas, tu desesperanza
¡Pero juro por Dios!
que no serán estos los que te devuelvan la memoria
¡Juro por Dios!
que me mantendré en tu mundo del olvido.
Allí, donde padece la sinrazón
Allí, donde también está tu sitio.




            Maria Chamorro Lara

lunes, 28 de noviembre de 2016

Café de Redacción




A lo largo de este curso celebraremos una serie de tertulias en las que abordaremos diferentes temas literarios. Se celebrarán en distintos lugares de la provincia y serán encuentros abiertos. Estos actos serán moderados, preferentemente, por miembros del Club de Letras. Intentaremos que sean tertulias a la antigua usanza, charla participativa en buena compañía y con un café o cualquier otra consumición sobre la mesa. Intentaremos celebrar una al mes, iremos notificando cada uno de los encuentros a través de nuestros Blog y Facebook. Estamos elaborando la lista de encuentros, por lo que si alguno de los miembros del Club de Letras tiene alguna propuesta, os ruego que lo hagáis a través del mismo correo del blog. El primer Café de Redacción será el próximo día 29 de noviembre, martes, en la cafetería del Hotel Atlántico. El tema a tratar: La documentación en la novela histórica, y será moderado por nuestro compañero Pedro Castilla Madriñán. 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Las Sinsombrero (Hablilla 703)




          En estos días las redes sociales comparten la foto de este grupo de mujeres de la Generación del 27 que fueron silenciadas hasta hace poco tiempo, hasta hace pocos años. Rosa Chacel, María Teresa León y María Zambrano son las que más suenan, las más conocidas en el mundo de la literatura y la filosofía. Cuando citamos esta generación, de inmediato surgen ellos, cuando ellas también estaban, pero a su sombra. Tuvieron que acudir al desafío para que la sociedad tomara conciencia de su existencia. No es el caso de las citadas anteriormente, que como escritoras tuvieron su público, aunque la más reconocida fue María Zambrano, a quien se le concedió el premio Cervantes dos años antes de morir. Sin embargo poco o casi nada se sabe de las otras, sólo lo que nos acerca Internet, referencias en alguna publicación puntual y el libro de Tania Balló, que define a Las Sinsombrero como rompedoras y libres también en su vida privada, que abrieron el camino a las mujeres de hoy. Las reseñas que encontramos coinciden en sus vidas apasionantes pero ensombrecidas por la propia sociedad que las tildaba de provocadoras. Tuvieron que recurrir a este arma, a la provocación, para intentar cambiar las normas, para ilustrar con su trabajo. Algunas gozaron del éxito pero fue tan efímero que el exilio o la muerte las silenciaron. Es ahora cuando resurgen, cuando se las reconoce como artistas, porque arte fue lo que transmitieron.
          
              Una de las menos citadas fue la pintora Maruja Mallo, mujer extravagante que se atrevió junto a su amiga a pasear sin sombrero por las calles de Madrid. De hecho escribió que se ataría un globo a la muñeca y a él le pondría el sombrero para quitárselo a la hora de saludar. Su obra es claramente surrealista, estilo que marcó profundamente la vanguardia española. En ella prima lo espontáneo y lo personal, entendiendo las formas y el color como parte del movimiento de la escena que representa, su propia libertad. Esto y mucho más lo apreciamos en El Espantapájaros, del año 1929. Se trata de una obra en la que los planos se definen entre la verticalidad y la horizontalidad. Sobre un campo llano se alzan dos espantapájaros. Las telas que los disfrazan de fantasmas aparecen arrugadas, como si el viento estuviera jugando con ellas, aportando más movimiento a una naturaleza viva para la que la artista ha utilizado una interesante gama de grises. El fruto se encuentra esparcido, surgiendo de la tierra como por azar, a ras de ella o con flores de tallo largo contemplando lo que vuela, formas imaginativas, graciosas e incluso frágiles que llevan al espectador a una planta gigantesca similar a una cactácea, que limita la llanura -como nuestras tunas- para adentrarnos en el plano del fondo, una serie de montañas tan unidas que apenas deja ver el final de la diagonal redundante, apenas sugerida, con que comienza la lectura de esta obra.

Maruja Mallo desarrolló un estilo propio al que se llamó surrealista porque no existía otro que la identificara. Sus trazos los impregnó con energía, pasión y  sensualidad para llenar de vida sus obras. Ella fue una o la primera Sinsombrero. Desde estas líneas nos sumamos a su recuerdo. Las publicaciones van rompiendo el silencio doloroso y latente que las aislaba.


 Adelaida Bordés Benítez, 20 de noviembre de 2016


jueves, 17 de noviembre de 2016

Ya está publicado el número 26 de la revista Speculum correspondiente a la época otoñal en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Esperamos que disfruten de su lectura.



sábado, 12 de noviembre de 2016

Dormir y soñar


                                            



Los médicos, los psiquiatras, los psicólogos e, incluso, los sociólogos coinciden con la mayoría de nosotros en que dormir es una de las mejores medicinas para conservar o para recuperar la salud del cuerpo y para restablecer el equilibrio del alma.

Hace tiempo que mi amigo, el doctor Evaristo Fernández, me dijo de manera categórica  que los andaluces estamos más sanos y, sobre todo, más contentos, porque dedicamos más tiempo a dormir que el resto de los europeos. No tengo inconveniente en aceptar esta tesis, con la condición de que en su concepto de "sueño" -en singular- incluya también la noción de "los sueños" -en plural-. Estoy convencido de que, en este caso, aunque no se alargue la mera existencia temporal de las personas, sí se ensanchan y se profundizan nuestras vidas.

Los sueños, tanto los que protagonizamos mientras dormimos, como los que elaboramos cuando estamos despiertos, amplían los estrechos límites de nuestras experiencias cotidianas, nos proporcionan mayores goces y nos producen dolores más agudos; pero éstos sin que suframos las consecuencias realmente negativas de los actos realizados en plena vigilia: nos hacen protagonistas de acciones que "realizadas realmente" nos harían correr peligros graves y amenazarían nuestra salud o, incluso, nuestras vidas. Hemos de advertir, sin embargo, que, para mantener el equilibrio psíquico, sólo es necesario que aceptemos una condición: que marquemos claramente los límites que separan la realidad del sueño.


El que ignora las fronteras entre estos dos mundos distintos y complementarios, en vez de enriquecer la vida con alicientes y con atractivos, arruina su propia existencia y la de los demás: si es un político, puede convertirse en un dictador; si es un hombre de negocios, puede llegar a ser un ladrón; si es religioso puede actuar como un fanático. En cualquier caso, hemos de reconocer que el que confunde la realidad con sus sueños es un loco peligroso, un paranoico y, posiblemente, un amargado.


       José Antonio Hernández Guerrero

jueves, 10 de noviembre de 2016

Miedo



Y se maquilló la muerta viviente,
que no estaba muerta,
pero lo parecía.
Y se sumó a la danza maldita
teñida de fiesta.
Todos los vivos
riéndose de la muerte,
deformándola
con sus muecas despavoridas.
Y la muerte está tan triste
porque nadie la comprende
Ella, que se ha puesto
sus mejores galas
para recibirnos,
contempla extrañada
ese espectáculo esperpéntico

con los ojos inundados de lágrimas.



            María Luisa Niebla

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Inauguración del curso 2016-2017 del Club de Letras de la UCA

Convocatoria de la inauguración del curso 2016-2017 del 
Club de Letras de la UCA

El próximo viernes, día 25 del actual mes de noviembre, celebraremos la inauguración del curso 2016-2017 del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, en el Aula número nueve del Aulario Constitución de 1812, antiguo “La Bomba”. Comenzaremos a las seis en punto de la tarde.

Seguiremos el siguiente Orden del Día:

Propuesta de contenidos, metodología y actividades del curso y presentación del cuaderno El arte de comunicar.

Elaboración de un texto breve sobre un tema propuesto en ese momento.

Informaciones sobre:

 o   Publicación de libros: Ramón Luque,

 o   Revista SpecvlvmLuisa Niebla y Adelaida Bordes,

 o   Blog Club de Letras: Antonio Díaz, 

 o   Periódico El EspejoPedro Castilla y Lourdes Torrejón,

 o   “Cafés de Redacción”: Antonio Díaz y Josefina Núñez Montoya, 

 o   Celebración de “Los días de las Letras”: Adelaida Bordés,

 o   Tertulias radiofónicas: Mercedes Díaz,

 o   Comunicación interna y externa: Agustín Fernández Reyes.



Cordialmente, José Antonio Hernández Guerrero
           coordinador del Club de Letras

Café con letras (Hablilla 701)




          Hay mañanas en las que necesitamos especialmente abrir un hueco en ella para ponerle un calzo a la rutina, no porque sea agobiante o dura sino por cambiar el rumbo del día durante un rato. Y no somos conscientes de esta necesidad hasta que ese paréntesis, ese hueco se cierra cuando terminamos un rato de lectura, cuando apagamos la televisión o cuando nos despedimos de un encuentro casual. A veces este hueco lo abren otros, nos invitan a entrar en él tendiéndonos la mano de la palabra, el abrazo de la compañía, sin darnos cuenta del paso del tiempo hasta que la memoria y el sentimiento nos advierten de esta carencia circunstancial con la nostalgia entre extraña y feliz que va creciendo mientras nos alejamos del lugar, que se convierte en un titán cuando las horas oscurecen el día y encienden los sueños.

           Ese hueco se abrió durante la mañana del pasado jueves. Un grupo de amigos suele reunirse una vez al mes ante un café disfrazado de té, de botella de agua o de descafeinado, un café que padece el irremisible dolor de enfriarse y perder sus propiedades porque las letras no sólo lo invaden sino que comparten. su espacio. La cafetería donde tiene lugar este encuentro está en la localidad vecina de Chiclana, en una calle estrecha, clara y cercana al ayuntamiento. En un salón alargado se reúne casi una veintena de corazones ansiosos por compartir y disfrutar este rato con las letras. Este jueves pasado tuve el honor ser invitada, de estar presente y no pude evitar volver al convulso final del siglo XIX, a aquellos cafés que acogieron las conversaciones, las discusiones y la creatividad de tantos talentos clandestinos. Tanto los conocidos como los que nunca se llegaron a conocer colaboraron en las sesiones que empezaban rozando la media noche y terminaban mucho después de haber colocado el cartel de cierre. En aquellos cafés se gestaron novelas y se escribieron artículos periodísticos, una literatura peculiar, trabajos que se hacían al amor del olor del café y el crujido de la media tostada.

          Esta mañana del jueves pasado nadie pidió recado de escribir como lo hicieron aquellos poetas del XIX que prácticamente vivían sobre las mesitas de mármol, sin embargo quienes nos reunimos en aquel salón fuimos hechizados por la misma magia que ellos y como ellos la captamos en la atención, en las miradas, en las preguntas, en las respuestas, en las sonrisas, en los silencios. Gozamos, igual que ellos, de un rato de sosiego por el que bailaban los sentimientos.

Cuando la mañana creció hasta ser mediodía supimos que este hueco se cerraba. Las nubes lo advirtieron ocultando el sol. El salón se oscureció mientras la despedida planeaba. Las tazas vacías, frías e inertes fueron testigos de  los momento vividos, de la ilusión compartida. El hueco desapareció nada más pisar la calle. Salí con alegría porque me traje mucho más de lo que llevé. Por ello doy las gracias a Antonio Díaz por haberme invitado a ser parte de este jueves que recordaré siempre y gracias también a las compañeras y a Moisés. Su ilusión y su confianza aseguraron que no hay que esperar al mes de enero para recibir un regalo especial, que siempre habrá un hueco para llenarlo con un café con letras.

                        
Adelaida Bordés Benítez, 6 de noviembre de 2016 
(Publicado en andaluciainformación.es)


sábado, 5 de noviembre de 2016

Las metáforas tópicas

                                              




“La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y muchos hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensatoria aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar.


No pongo en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estoy de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opino que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos –cada ser humano- hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos -o debemos llegar a ser- unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier grupo de personas -sobre todo de las que integran la unidad familiar- vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de sus miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos... naranjas enteras. 


          José Antonio Hernández Guerrero
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